martes, 27 de diciembre de 2011


Un café, 2, 3, 5, 10. Me suscribo a todo para recibir correos y llamadas, par sentir ke a alguien le importo, para oir una voz humana ke no provenga de la tele o el computador (de todos modos me sigo sintiendo miserable e idiota) hablar con gente, no hay mucha gente con kien hablar: familia 1 conversación trivial, familia 2 me molestan sus comentarios, sus intereses, sus tallas, me molesta hasta ke existan a ratos, familia 3 los kiero pero los veo poco y como toda familia hay ciertas cosas ke no puedo hablar ke siento ke no entienden o kiza sí entienden y sólo no me gusta la forma en ke lo resolvieron. Siento ke me perdi, no soy lo ke keria ser, no sé ke soy ahora ni ke kiero. Como... a veces, más por ansiedad ke por hambre, la psicosis de las peloarañas me hace dormir a saltos, despierto con sueño todos los días, por mí dormiría 12 hrs seguidas... y luego volvería a dormir. El deporte es obligación y la alegría viene con etiketa de chocolate y siempre dura poco. Lo ke antes me gustaba ahora me aburre, me cansa, me pone idiota, no sé donde poner mi humanidad en este mundo, donde ponerla-me ke no me moleste, ke no me estorbe. No es ke no me guste mi pega, lo ke no me gusta es mi vida, este ser poco sociable y solo en ke me he convertido, sin intereses, casi sin amigos, demasiado simple, y demasiado gruñon para admitirlo. Me siento sola, sola de hablar, sola de empatía, sola de adentro

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