miércoles, 22 de abril de 2009


Sólo evocar tu presencia acelera/agiliza mis dedos y moja mi culo que se abre a la ensoñación de tus caricias. Ya me he masturbado tres veces pensándote, y estoy a punto de comenzar la cuarta.

Casi mareada, mi espalda arqueada y tensa, muerdo mis labios mientras recuerdo como era sentir tu leche brotando de mí, sentirte dentro, sentirte fuerte, tus insultos y caricias, jugar con tus viscosos fluidos, mi culo devorando tu dedo, mi lengua recorriendo tu pija húmeda y brillante, tensa y dura en mi boca, delineando mis labios sin permitirme lamerla, tu olor lo inunda todo. Bajas, rozando apenas mi cuello, mis pezones, mis pechos, te deslizas lento mientras trazas en mi piel una delgada línea traslucida y brillante...

Anaitis


Este término pertenece a la mitología de Asia Menor y Grecia

1. Diosa adorada por los lidios y los armenios en cultos sexuales y desenfrenados celebrados en Anaitis, país de la Armenia mayor, próximo al lago Anaitico no muy distante del Éufrates.

2. Divinidad adorada por los lidios, los armenios y los persas, que parece corresponder entre los primeros a Diana, y entre los otros a Venus. Nada importante se emprendía que no fuese bajo sus auspicios. Se celebraban en su templo las asambleas más importantes y le estaban consagradas las jóvenes más hermosas, que abandonaban su honor a los que iban a ofrecerle sacrificios; prostitución que no obstaba para casarse después ventajosamente. En su fiesta se reunían los hombres y las mujeres y bebían hasta embriagarse.

3. Diosa adorada por los lidios, los persas y los armenios. Dícese que a Anaitis, que en cierta manera venía a ser la Venus de los griegos, se le hacían grandes fiestas en la Armenia cada medio año. En estas ocasiones los sacerdotes conducían con gran prosopopeya, sobre sus hombros, una imagen de Anaitis, y, luego que la colocaban en un sitio preparado al efecto, danzaban en torno suyo, acompañados de la multitud que se entregaba a los excesos más vergonzosos delante del ídolo.