domingo, 22 de agosto de 2010

al amanecer

Luego de las 10 y las 11, las 12 y la 1 y las 2 y las 3, luego que desnudos al anochecer nos encontró la luna, llegó finalmente el sol arrasante que acabó con todo, que nos quito el abrazo tibio al dormir juntos, que deja un gran espacio en mi pequeña cama.

Habría llorado frente a ti, como he llorado estas ultimas noches, te habría abrazado fuerte, con la certeza de que será el ultimo abrazo en mucho tiempo, habría tomado tu mejilla y besado tu frente, pero alargar el momento de la despedida traía el peligro del arrepentimiento, el mismo que al pasar los días, los meses, los años, nos convirtió en tristes animales heridos.

Tengo miedo amor, tengo pena y tengo frío, pero temo más al amor tibio, a la caricia insípida, al abrazo distraído, duele más seguir oculta entre las sombras, la lista de peros que sigue a tus halagos. Hoy debo decir adiós.

domingo, 13 de junio de 2010

Inventario (Joaquín Sabina)


Las cosas que me dices cuando callas,
los pájaros que anidan en tus manos,
el hueco de tu cuerpo entre las sábanas,
el tiempo que pasamos insultándonos,
el miedo a la vejez, los almanaques,
los taxis que corrían despavoridos,
la dignidad perdida en cualquier parte,
el violinista loco, los abrigos,
las lunas que he besado yo en tus ojos,
el denso olor a semen desbordado,
la historia que se mofa de nosotros,
las bragas que olvidaste en el armario,
el espacio que ocupas en mi alma,
la muñeca salvada del incendio,
la locura acechando agazapada,
la batalla diaria entre dos cuerpos,
mi habitación con su cartel de toros,
el llanto en las esquinas del olvido,
la ceniza que queda, los despojos,
el hijo que jamás hemos tenido,
el tiempo del dolor, los agujeros,
el gato que maullaba en el tejado,
el pasado ladrando como un perro,
el exilio, la dicha, los retratos,
la lluvia, el desamparo, los discursos,
los papeles que nunca nos unieron,
la redención que busco entre tus muslos,
tu nombre en la cubierta del cuaderno,
tu modo de abrigarme el corazón,
la celda que ocupaste en una cárcel,
mi barca a la deriva, mi canción,
el bramido del viento entre los árboles,
el silencio que esgrimes como un muro,
tantas cosas hermosas que se han muerto,
el tiránico imperio del absurdo,
los oscuros desvanes del deseo,
el padre que murió cuando eras niña,
el beso que se pudre en nuestros labios,
la cal de las paredes, la desidia,
la playa que habitaban los gusanos,
el naufragio de tantas certidumbres,
el derrumbe de dioses y de mitos,
la oscuridad en torno como un túnel,
la cama navegando en el vacío,
el desmoronamiento de la casa,
el sexo rescatándonos del tedio,
el grito quebrado, la madrugada,
el amor como un rito en torno al fuego,
el insomnio, la dicha, las colillas,
el arduo aprendizaje del respeto,
las heridas que ya ni Dios nos quita,
la mierda que arrastramos sin remedio,
todo lo que nos dieron y quitaron,
los años transcurridos tan deprisa,
el pan que compartimos, las caricias,
el peso que llevamos en las manos.

martes, 1 de junio de 2010

Sentada sobre ti
masturbarme (yo)
al masturbarte (a ti)
masturbarme en ti/contigo/a través de ti
sentir el orgasmo
sentir venir el placer
sentir la eyaculación a través de mi (tu) piel
el sube y baja de mi (tu) prepucio sobre mi (tu) glande
sentir como tú
sentirme en ti/a través de ti
sentirte/oírte/olerte/verte mojado con mi (tu) semen
bañado con mi (tu) semen que esparzo por tu vientre
mientras mi clítoris se asoma
y juguetea en tus testículos
bellos y suaves
(que me gustan más afeitados y cuando tienes frío)

Me desmonto de ti
escondo tus genitales entre tus piernas
y disfruto de contemplarte
tu piel suave y blanca
(que parece aún más blanca junto a la mía)
la curva exquisita
entre tu cintura, tus nalgas (que reclamas casi inexistentes) y tus piernas
tus brazos, tus pezones decorados
la fragilidad que te inunda cuando te vuelvo mía
me absorbe/embelesa/hipnotiza tu presencia
(el lado opuesto de cuando me tomas)
te vuelves frágil entre mis manos

Te tradesvisto
te transexualizo
te hago mía/mío
y me asombra tu belleza

Me permitiste castrarte
como un pequeño regalo
una ofrenda de tu entrega