sábado, 16 de julio de 2011

Sabor a mí

Si volvieras hoy te miraría largamente, sonreirías al tenerme frente a ti. Me acercaría para oler tu cuello lentamente, jugaría a reconocerte en el olor de tu barba. Nos abrazaríamos fuerte, nos besaríamos cada vez más intenso, caminaríamos abrazados hasta el borde de la cama. Me detendría, me separaría, te quitaría despacio la polera y te ordenaría girarte, recorrería con mis manos frías la piel de tu espalda acariciando la cicatriz ke gestaron mis manos, rozaría apenas tus hombros con mis labios. Te marcaria con mis uñas y luego disfrutaría de contemplar los rojos senderos ke se dibujan en tu espalda, jalaría de tu pelo hasta ver tu cara para susurrar en tu oído ke te voltees nuevamente.

Te dejaría desnudo frente a mí, te contemplaría, subiría lentamente oliendo tus piernas hasta beber de la pekeña gota brillante ke amenaza caer (deliciosamente dulce y salada a la vez) Me pondría de pie frente a ti, te acariciaría y comprobaría ke cabes justo en una de mis manos, apretaría suavemente, rasguñaría jugando casi antes de ir a perderme entre tus vellos. Tomaría tus manos y lamería tus dedos para invitarte luego a recorrerme: mi cintura, mis pechos, mi espalda, mis nalgas, mi entrepierna ke puedes sentir húmeda a pesar de la ropa, cuyo olor de pronto invade todo el aire.

Te invitaría a comenzar a desvestirme. Me desnudarías, me recorrerías, hundirías tu nariz en mí, morderías mis pezones, ya de nuevo frente a mí me tomarías del pelo, te acercarías sin permitirme besarte disfrutando de negarte a mis intentos; sin soltar mi pelo me harías arrodillarme y continuarías otra vez el mismo juego disfrutando de mirarme ansiosa de besarte, de rozarte al menos con la punta de mi lengua.

Ya de pie nuevamente me ordenarías voltearme, ofrecerme, para morder, lamer y golpear tus lugares favoritos, me tomarías del pelo nuevamente hasta tener mi espalda pegada a tu pecho para ordenar en un susurro ke me ponga en la cama, luego sentirte sobre mi cuerpo, cabalgarte mientras te rozo, enredarnos en piel y besos, en mordidas, en gemidos, deslizarte fácil entre mis piernas, entre mis nalgas, recorrerme con tus dedos mientras me retuerzo, mientras me muevo como si quisiera escapar. Pero tu sabes ke no, sólo kiero ke sigas, ke sigas, ke no pares hasta caer exhausta, desplomada a tu lado, buscando ke me abrigues con tu cuerpo; para luego dormirnos abrazados, exhaustos y felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario