
Recordé tener la cabeza y la atención en el instante
no en el futuro o conversaciones imaginadas.
Te pensé ya no desde la necesidad
sino desde el agrado,
la sensación tibia en el cuerpo ante los olores familiares.
Tuve serias y profundas reflexiones hasta concluir
que el tacto es mi sentido favorito
(y según mi convicción el que nos mantiene vivos)
Aprendí que por desolador que se sienta,
sólo son 4 días al mes.
Hoy me sé frágil y fuerte,
de pie frente a la embestida del devenir
Hoy te guardo en mi corazón
y dejo de comer de ti